El team building es un conjunto de actividades desarrolladas en una organización para mejorar el trabajo en equipo. Su objetivo es que una relación de colaboración, respeto y ayuda mutua entre los miembros multiplique exponencialmente la productividad y hace que ir a trabajar sea agradable y motivador.
Mantener un buen ambiente de trabajo también ayuda a retener al talento e, incluso, puede hacer que, aunque un miembro del equipo tenga una mejor oferta económica, decida quedarse.
Para comprender bien qué es el trabajo en equipo Juan Carlos Hernández, que acumula veinticinco años de experiencia como director senior en multinacionales regionales, lo equipara a una orquesta y su director.
“El director promueve, facilita, guía y corrige las actividades de cada uno de los integrantes de la orquesta, pero los logros son el resultado de la combinación de todos los miembros”, explica Hernández.
El experto en Neurociencia Empresarial Antonio Ruiz explica que, como animales sociales, nuestra evolución natural se ha producido gracias a las interrelaciones de colaboración, cooperación e interacción.
Dentro de un ecosistema global, tenemos cada uno un ecosistema propio, el empresarial, donde la falta de empatía es una barrera para generar la confianza necesaria, elemento básico para la productividad y el rendimiento en entornos laborales.
Reunir a los componentes del equipo, buscar conexiones y encontrar un propósito común, favorecerá la construcción de conexiones personales estables. Las acciones de team building ayudan a crear un entorno más social, donde las “amenazas” estén minimizadas, favoreciendo la alineación del propósito personal, general y los objetivos empresariales.
Ruiz detalla que todo esto posee una base neurofisiológica: la creación de oxitocina, un neurotransmisor que actúa como hormona producida tras estímulos concretos, entre ellos, la socialización, provocando un incremento de nuestra respuesta solidaria y colaborativa con el entorno.
Según una encuesta de Universia, el 94% de los trabajadores prefiere un buen ambiente laboral en el que prime su felicidad antes que sus expectativas salariales. A continuación, damos algunas claves para hacer team building, estableciendo relaciones sanas, productivas y duraderas entre los trabajadores y sus líderes.
Aprender de los errores del pasado
Un jefe de equipo ha tenido años de experiencia antes de llegar a su nuevo puesto. Por ello, es importante repasar los errores y aciertos que han existido en sus otros equipos de trabajo y aprender de ellos. No siempre una situación similar tiene las mismas consecuencias, pero evitar errores vividos puede mejorar sustancialmente el rendimiento de las personas involucradas en el trabajo.
De la misma manera, los éxitos del pasado no deben condicionar el presente. Cada equipo es un mundo y cada persona requiere una manera especial para dar lo máximo de sí misma. Se debe aprender del pasado, pero nunca puede ser el protagonista de nuestras decisiones estratégicas.
Tu experiencia vale tanto como el trabajo de tu equipo
En muchas ocasiones, llegar a dirigir un equipo ha supuesto muchos triunfos y éxitos previos. Por ello, es habitual que un líder piense que su forma de actuar ha sido la clave del éxito y trate de replicarla, poniendo su experiencia como ejemplo.
Sin embargo, con cada nuevo proyecto hay que hacer borrón y cuenta nueva en el aspecto comunicativo. La idea es que tu equipo construya algo tan genial como lo que tú construiste en el pasado y tu papel es ayudarle a conseguirlo. Confía en el equipo y en sus capacidades y nunca le hagas entender que has tenido equipos anteriores con mayores capacidades. Trata de motivar construyendo, no destruyendo.
Guillaume Gratte, consultor especialista en desarrollo de habilidades directivas en Gx2, considera que una de las claves del éxito es saber identificar la situación de partida y la situación objetiva. No se trata de repetir formulas exitosas pasadas. Solo los equipos que saben leer las exigencias de cada situación podrán adoptar el liderazgo situacional óptimo y satisfacer la demanda tanto colectiva como individual.
“Personalmente he visto carreras profesionales coger un impulso excepcional después de que se asimile este mecanismo de lectura y adaptación a la demanda de la situación; y no es tan evidente como parece.”
Rafael Zamorano, COO y managing partner en System & Technology, considera que quitar el escudo de supuesta impenetrabilidad del líder fuerte clásico y mostrarse vulnerable ante tu equipo, lejos de ser una debilidad, hace al líder ser percibido como cercano, humano, y empático. Esto es esencial en la generación de lazos bidireccionales de confianza mutua y lealtad entre el líder y los miembros de su equipo y, por ende, incide muy positivamente en el performance del equipo en su conjunto. “Personalmente practico esa estrategia cuando hago team building y me ha dado resultados excelentes. Tanto si el equipo ya está consolidado, como si es de nueva creación, esta vulnerabilidad del líder, entendida como el reconocimiento franco y abierto de que no lo sabe todo y no posee la verdad absoluta, refuerza los lazos entre los miembros del equipo, su lealtad y su interacción.”
Hay muchos caminos para cumplir los objetivos
No te cierres a una única manera de hacer las cosas. Cada persona del equipo vendrá de un lugar determinado y habrá que estudiar cuál es la mejor manera de llegar a los objetivos fijados.
Ya no estamos en una cadena de montaje en la que haya que montar cada pieza de la misma manera. Si quieres resultados sobresalientes, hay que trabajar cada elemento del engranaje de manera independiente, escuchar y buscar la manera en la que funcione mejor.
Tu forma de hacer las cosas no tiene por qué ser la forma de hacer las cosas del equipo. Sé flexible, pero mantén el control.
La creatividad siempre es un plus
Estudios como Capitalizing on Complexity de IBM han demostrado que la creatividad es la característica más importante de un líder. Lo más importante no son los conocimientos técnicos o financieros. Ni siquiera, la empatía o el carisma.
Lo que realmente marca la diferencia en una empresa es ser capaz de ofrecer soluciones creativas ante los desafíos del mercado. Y esta característica no debe ser solo del jefe de equipo. Todos los miembros tienen que sentirse cómodos aportando soluciones y saber que les van a tener en cuenta, por muy alocadas que puedan parecer sus ideas en un primer momento.
Fomentando un ambiente de brainstorming continuo es como surgen las mejores oportunidades.
Descubrir las aspiraciones del equipo
Cada miembro de un equipo tiene sus propias metas y aspiraciones personales en el trabajo y en su vida personal. Conocer estas metas puede ayudar a conseguir un trabajo más optimizado.
Incluso en los casos en los que, por ejemplo, los miembros del equipo deseen en su trabajo diario acabar cuanto antes y estar con la familia, se pueden proponer medidas de conciliación laboral y personal que permitan recuperar su motivación personal.
Cada persona es un mundo y, conocer bien a los miembros del equipo, puede ayudar a sacar lo mejor de cada uno. La inteligencia emocional es una de las claves más importantes y menos tenidas en cuenta.
Para cohesionar equipos de alto rendimiento y ayudar al líder del equipo a ser justo en la delicada tarea de motivación personal, Hernández propone la práctica de valoración 360º.
Reconocer los méritos
A todos los empleados les gusta que su trabajo sea reconocido. Los jefes de equipo y los compañeros mejorarán el ambiente de trabajo si se les reconoce su trabajo.
Es también una manera de premiar el comportamiento correcto y hacer ver que se está realizando un seguimiento del trabajo. Reconocer los méritos no solo permite comunicar el trabajo que se hace correctamente, también indica cuándo el trabajo no está siendo excelente o si existen comportamientos que deberían eliminarse, sin necesidad de confrontación.
Hernández considera que el reconocimiento siempre debe ser colectivo. Volviendo a la analogía con la orquesta, cuando uno de los músicos no da la nota correcta, todos los componentes lo notan e, incluso, quien no dio la nota lo sabe. Por tanto, el resultado no fue excelente colectivamente. Si, por el contrario, la ejecución fue extraordinaria, todos estarán inmensamente contentos y motivados por este resultado colectivo.
Si los méritos no se reconocen habitualmente, se recomienda, al menos, premiar a los mejores empleados con motivo de alguna celebración, como Navidad o antes de las vacaciones, incluyendo, si es posible, algún tipo de plus o premio simbólico. Hay que tener en cuenta que no estamos hablando solo de una remuneración dineraria, sino de crear una cultura de empresa en la que se reconozca y ponga en valor el trabajo bien hecho.
Personalizar el trato y las tareas
En marketing tradicional se hablan de las cinco P: producto, precio, promoción, lugar (place en inglés) y personalización. Para los equipos de trabajo, esta quinta “p” es imprescindible. Hay que conocer las ventajas y desventajas de cada miembro del equipo, la motivación personal y saber cómo hablar con ellos de manera que entiendan lo que se necesita de los mismos. Tienes que tratar de conocer a tu equipo tan bien como a ti mismo.
Generar conocimiento, autonomía y confianza para atreverse
Alberto García Carro, Interim Manager en Control de Gestión, Estrategia y Desarrollo Organizacional, resalta que el liderazgo, que se necesita hoy en día en las organizaciones para construir equipos de alto rendimiento, es aquel que consigue transformar y eso se consigue generando conocimiento, autonomía y confianza suficiente para atreverse.
La transformación nace de todos y cada uno de los miembros del equipo, hablo de la capacidad de cambio, de esa inquietud constante para mejorar las cosas y ver más allá del día a día. El líder no solo debe organizar y coordinar, sino que debe ser capaz de impulsar y contagiar ese cambio y esa visión a su equipo, ofreciéndole, además, las herramientas para conseguirlo.
Esas herramientas son: primero, el conocimiento y autodesarrollo, ya que los mejores equipos necesitan los mejores profesionales; segundo, la autonomía, con una correcta distribución de responsabilidades y tareas entre lo colaboradores; y tercero, la confianzapara atreverse, es de vital importancia confiar en las personas de tu equipo y generar en ellas esta confianza en su trabajo.
Generar orgullo por formar parte de la empresa
Hacer hincapié en los beneficios de formar parte de la compañía –siempre que estos sean reales- es también otra manera de conseguir que el equipo trabaje más cohesionado. Realizar diferentes actividades de team building dentro de las horas laborales para mejorar la comunicación y crear espacios de intercambio de forma frecuente.
Cuando un trabajador siente que se le tiene en cuenta y se le valora, no solo por su jefe de equipo, sino también por su empresa, ese sentimiento de pertenencia le hace añadir un plus de valor añadido que separa un buen trabajador de uno excelente.
Divertirse y pasarlo bien con el equipo
Las emociones positivas son uno de los pilares de la felicidad y encontrar la felicidad en el trabajo es otra de las necesidades fundamentales del team building. Por ello, el líder de equipo debe fomentar actividades ajenas al trabajo o en las horas de descanso, que permitan estrechar lazos personales e interactuar en un ambiente más distendido. Puede venir bien destinar un espacio en la oficina para este cometido.
Celebra con el equipo los hitos más importantes y crea ocasiones en las que se puedan cerrar las brechas existentes entre los miembros. Lo ideal es que se sientan parte de una familia en la que puede haber desencuentros, pero en la que los momentos buenos terminan compensando con mucha diferencia.
De esta manera también se refuerza el vínculo con la empresa y se generan nuevas oportunidades para dialogar abiertamente y conocer más a fondo a cada compañero.
Fuentes: RRHH Digital| BBN Times| Forbes