La globalización ha tenido un gran impacto en casi todos los aspectos de la economía. Hoy en día, la mayoría de las organizaciones funcionan como una plataforma universal, donde se requiere tratar con clientes, socios, inversores y proveedores de todo el mundo.
La uniformidad en las operaciones se ha convertido en la clave del éxito de cualquier producto o servicio. Por ello, cada vez se contratan más ejecutivos y consultores de países diferentes y se trasladan a diferentes mercados.
Los últimos estudios indican que los extranjeros en posiciones de liderazgo suelen ser más efectivos en un entorno internacional y con equipos multiculturales. El cambio en la dinámica del mercado también ha hecho que los reclutadores busquen empleados que mantengan una perspectiva internacional. Necesitan que sepan y entiendan cómo las personas de otras nacionalidades piensan, sienten y trabajan.
Para crecer globalmente, contratar a alguien con experiencia y educación internacional parece ser los más adecuado.
El ejecutivo y empresario español Gonzalo García ha trabajado más de dieciséis años en EE.UU. En la actualidad lidera una consultora que da apoyo a empresas en su entrada al mercado estadounidense. También es presidente del US Spain Executives Community, asociación de empresarios, ejecutivos y emprendedores de los EE.UU. y España.
Según Gonzalo, “para un ejecutivo, la experiencia de vivir en otro país y liderar equipos multiculturales es extremadamente valiosa, pues aporta la capacidad de afrontar las decisiones con una mente mucho más abierta, libre de prejuicios vinculados a una cultura concreta”. Añade que “estas personas son cada vez más relevantes en los negocios internacionales y en la gestión de equipos globales por ser capaces de navegar las diferencias culturales inevitables que surgen en dimensiones clave como la tolerancia al conflicto o la aversión al riesgo”.
Jordi Graells, Ingeniero de Caminos y Máster en el MIT, residente en Nueva York y Consultor de AECOM, tiene treinta años de carrera internacional en concesiones de autopistas de peaje. Jordi cree que conviene a los profesionales españoles asimilar la mentalidad anglosajona que, desde su punto de vista, es la más pragmática y orientada a crear valor y a resolver dificultades en cualquier entorno. Para ello, Jordi opina que si un profesional, graduado en España, pasa por un estudio de postgrado y una experiencia profesional y personal de al menos diez años en Estados Unidos o Inglaterra, podrá convertirse en un ejecutivo global, capaz de trabajar e integrarse en cualquier lugar del mundo, como tantos casos demuestran. O de hacer evolucionar su entorno en España en positivo.
Mentalidad global
Reclutar a alguien que haya estado expuesto a culturas distintas a la suya tiene diferentes beneficios. Personas con experiencia laboral internacional tienden a aplicar las mejores prácticas que se siguen en todo el mundo. Esto favorece que una empresa se amalgame con diferentes valores y sistemas de todo el mundo.
Estos profesionales también suelen acostumbrarse a pensar diferente a medida que se adaptan a su nuevo entorno. Así pueden aprender técnicas novedosas y creativas para resolver problemas. Este pensamiento global y fuera de la caja les brinda la capacidad de abordar la adversidad con una actitud positiva.
Aunque, tradicionalmente, los profesionales con varios años de experiencia internacional tenían un coste muy elevado, en la actualidad, los paquetes retributivos que demandan se han nivelado y ya no son tan superiores a los de los locales en la mayor parte de los sectores.
Innovación
Viniendo de otra cultura, es probable que un extranjero traiga nuevos enfoques y nuevas ideas para la configuración de una empresa. Después de trabajar fuera de su país por un tiempo, estos profesionales se vuelven más hábiles para operar fuera de su zona de confort. Habitualmente, mejoran los procesos existentes y refinan los sistemas actuales utilizando sus conocimientos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las ideas de un consultor internacional solo serán una ventaja si tiene un conocimiento profundo del país en el que la empresa tiene su base. Si la persona reclutada no está familiarizada con la audiencia objetivo, las ideas innovadoras podrían ser contraproducentes. Contratar a la persona adecuada es lo que permitirá mantenerse un paso por delante de la competencia.
Flexibilidad
Mudarse a un lugar extranjero es una medida audaz para una carrera profesional. Un ejecutivo que decide vivir en el extranjero quiere obtener una experiencia valiosa. Por ello, suelen estar muy motivados y tienen gran capacidad de trabajar como contribuyentes individuales o en equipo.
Los profesionales que asumen tareas con éxito en países extranjeros generalmente están preparados y dispuestos a hacer una serie de ajustes, no solo en su estilo de vida, sino también en el lugar de trabajo. Son conscientes de que necesitan trabajar con personas cuyas ideas, creencias y pensamientos no son necesariamente los mismos que los suyos. Por lo tanto, estos profesionales suelen ser más flexibles que los que se quedan en su lugar de origen.
Comunicación
Los profesionales, con experiencia en países con una lengua diferente a su país de origen, suelen hablar con fluidez en más de un idioma. Por ello, también tienen la capacidad de comunicarse de manera más efectiva con las partes interesadas de sus países de origen. A medida que su equipo interactúa diariamente con un profesional senior de una cultura diferente, es probable que aumenten su propia comunicación y habilidades interpersonales.
Al mismo tiempo, es esencial determinar si el idioma será una barrera para el expatriado. Si el conocimiento de un idioma específico es importante para que pueda desempeñar su función de manera efectiva, se debe verificar el nivel de experiencia antes de la contratación.
Ambiente de trabajo gratificante
Algunos empleadores afirman haber ampliado los horizontes de los miembros de su personal y haberles presentado nuevas formas de pensar y trabajar, simplemente incorporando a un gerente de otro país.
Las personas, que asumen tareas profesionales en el extranjero, suelen ser buenos trabajadores en equipo, lo que genera un ambiente positivo. Este tipo de individuos disfrutan aprendiendo de sus compañeros. Tener un expatriado en el mismo lugar de trabajo puede ayudar al personal local a obtener una perspectiva interna sobre una cultura diferente.
Todo el entorno de trabajo puede ser más interesante a medida que sus empleados locales aprenden de su contraparte extranjera.
Acceso a una audiencia internacional
Un ejecutivo, que ha trabajado en un país diferente, tiene un buen conocimiento de las tendencias y la audiencia, lo que le dará ventaja competitiva en ese mercado. Especialmente interesantes son los perfiles con conocimientos en comercio internacional y legislación en el extranjero.
Muchas veces, se aprovechan los lazos que los empleados extranjeros tienen en su ubicación, así como en sus países de origen. Es habitual contratar un gerente de una nacionalidad específica cuando su público objetivo pertenece a ese país, ya sea local o internacionalmente.
Diversidad
Si hay un equipo multicultural, lo mejor es que un asignado internacional lo dirija. Los extranjeros están mejor equipados para construir puentes en diversos equipos y pueden aumentar el rendimiento general de todos. Durante ese período de tiempo, los locales también pueden adquirir las habilidades necesarias de liderazgo y comunicación, lo que, a su vez, mejorará sus perspectivas de carrera y motivará al resto de la fuerza de trabajo.
Los expatriados en 2018
En la actualidad, la mayor parte de los ejecutivos españoles, que trabajan como expatriados, son hombres (81%). Entre ellos, la mayor parte tiene entre 35 y 54 años (39%). Normalmente, estos profesionales deciden viajar sin su familia, que se queda en sus países de origen.
El ejecutivo y empresario José Alberto Sanchís cuenta con más de cuarenta años de experiencia en emprendimiento de negocios internacionales y organizaciones sin ánimo de lucro.
José Alberto reflexiona sobre su historia profesional y personal: “Cuando decidí venir a EE.UU. en 1983 fue un plan vital, no un plan de negocios”. Creo que esto es precisamente lo que les falla a muchos directivos, pues ponen en peligro su plan vital por dar más importancia al de negocio. También ponen en riesgo a su familia. El negocio más importante de nuestras vidas es la familia. Si fracasamos en esto, ¿qué valor tiene todo lo demás que hemos conseguido?
He tenido oportunidad de aconsejar como Coach Internacional a muchos profesionales, que me han enviado su brillante CV, pero les he dicho que no es una buena idea hacer un traslado poniendo en riesgo su proyecto personal”.
Fernando de Marcos, International Senior Executive, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en el sector transporte, trabajando en empresas como FCC. En la actualidad, vive en Los Ángeles y es miembro del consejo asesor de la Universidad Francisco de Vitoria, además de trabajar como consultor para Asian Development Bank en el desarrollo de la entidad bancaria en Armenia.
Fernando considera que en el ámbito internacional “la experiencia es evaluada intrínsecamente a las personas que van a desarrollar los trabajos. A diferencia de España, donde la experiencia de la empresa contratada para un proyecto determinado es la que, habitualmente, califica para la adjudicación, aunque las personas que lo ejecutaron ya no trabajen para ella. Esta diferencia, aunque parezca pequeña, condiciona en gran medida la movilidad laboral. Así, cualquier profesional al acabar su relación laboral se lleva consigo el bagaje que ha adquirido. El conocimiento, las capacidades profesionales y la experiencia son valores que están en el mercado, con las todas posibilidades que conlleva: capacidad de negociación, remuneración, sinergias dentro de un sector, etc.”.
El periodo de estas experiencias laborales en el extranjero suele estar entre los 2 y los 3 años (35%). Según Global Mobility Trends Survey, el 30% de estos ejecutivos en el extranjero se dedica al sector de la energía.
En cuanto a los destinos, estamos viviendo un cambio de tendencia. Si durante finales del siglo XX y principios del XXI lo más habitual era viajar a Oriente Medio y otros países de Europa, en la actualidad, Asia Pacífico, África Subsahariana y América Central son los destinos donde se concentran más oportunidades de trabajo.
Fuentes: Expansión| Expat Focus