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El éxito del emprendedor sénior

Por 11 mayo, 2021No Comments

Según un estudio de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), cada vez son más los profesionales mayores de 45 años que optan por crear su empresa.

Los mayores de 50 años representan más de un 25% de total de parados.

La imposibilidad de encontrar un nuevo empleo, una dilatada experiencia laboral, una mayor capacidad de adaptación o una mayor resiliencia resiliencia, son algunas de las razones que favorecen el emprendimiento sénior.

¿Por qué emprende un profesional sénior?

Cada vez más séniors se lanzan a la aventura de explorar nuevas vías que den un cambio a su recorrido laboral.

Hay un sinfín de razones por las que acometer un proyecto nuevo a cualquier edad. Pero, si además le sumamos la experiencia y el saber hacer, tenemos un cóctel perfecto que puede dar muy buenos resultados.

Tener la posibilidad de convertir una idea o pasión en un negocio es un lujo que no está al alcance de todos, pero un perfil sénior tiene evidentes ventajas con respecto otros perfiles.

Rafael Jiménez Guerra, consultor y experto en transición de carreras, destaca la figura habitual del emprendedor por fuerza mayor, aquel que sale de una organización de forma inesperada y se plantea emprender, porque con su edad cuenta con numerosas barreras de entrada en el mercado laboral por cuenta ajena.

Rafael lleva años asesorando al talento sénior que se plantea la creación de “un negocio por cuenta propia como una posible alternativa profesional. La clave para este perfil de emprendedor forzoso, que no cuenta con una seguridad plena en este nuevo enfoque profesional, es que previamente defina los distintos escenarios o alternativas profesionales. ¿Quiero continuar haciendo lo mismo? ¿Quiero cambiar de funciones o sector? o bien ¿quiero emprender?

Cualquier persona puede crear un negocio, pero no cualquier negocio; de ahí que definir e interiorizar todo lo que uno sabe, puede y quiere hacer, cuando cuenta con una larga trayectoria profesional, no es tarea fácil. Encontrar la conexión de estas tres variables, puede ser el punto de partida para arrancar un proyecto por cuenta propia con mayores probabilidades de éxito”.

Juan Baviano es un ejemplo de emprendimiento. Tras haber trabajado varios años por cuenta ajena en el área de marketing de diversas multinacionales del sector telecomunicaciones y asegurador, decidió comenzar su propio camino como consultor y empresario.

Uno de los factores que le empujaron a tomar esta decisión fue “la experiencia adquirida durante esos años”, aunque admite que “no todo el mundo tiene la necesidad de probar algo distinto». “Debes tener ese gusanillo, porque hay gente en la misma situación que no está dispuesta a asumir el riesgo o, al menos, intentarlo”.

Admite que el proceso se vio acelerado por la decisión de la empresa en la que trabajaba de ajustar su plantilla ofreciendo a los empleados la posibilidad de salir mediante bajas incentivadas. “Esto permitía arriesgar y tomar la decisión de emprender” – afirma Juan – quien considera como pieza fundamental la red de contactos para iniciar un proceso que “no será rápido ni sencillo, pero que, a la postre y con esfuerzo, va dando sus frutos”.

Iñaki Aliende, consultor e interim manager, considera que existen tres motivaciones principales que llevan a emprender a un profesional sénior.

“La primera es la propia necesidad, impulsada por un despido. Se deberá gestionar la ansiedad que produce esa nueva situación: el reto de tener que avanzar en un nuevo territorio.

La segunda podría ser un caso de asignatura pendiente: un sénior con capacidad financiera, que desea hacer realidad su sueño de emprender, a menudo, tratando de que se convierta en un «retiro dorado», no tanto por el tiempo que le libera, sino por el deseo de dedicar ese tiempo a lo que le apetece profesionalmente.

Finalmente, la tercera sería una evolución o cambio profesional. Se presenta una oportunidad segura con contratos ya cerrados. Es el caso de un sénior al que la empresa en la que trabaja decide subcontratarle como profesional independiente”.

Emma García es emprendedora desde joven, fundando empresas como la conocida cadena de franquicias Cañas y Tapas. Desde hace más de diez años se dedica al coaching y mentoring para emprendedores.

Para Emma, el factor fundamental para emprender es tener un propósito vital alineado a la misión profesional. “Cada vez son más personas las que, hacia la mitad de sus vidas, miran atrás y se dan cuenta de que abandonaron sus sueños por una aparente seguridad laboral y que su trabajo realmente no les llena. Y cuando dejan o pierden su empleo ven la oportunidad de retomar esos sueños perdidos.

En mi trabajo con emprendedores y en mi propia experiencia, he comprobado que tener un para qué es mucho más importante que tener contactos o recursos. Emprender es un camino empedrado, y la única manera de superar los obstáculos y no tirar la toalla cuando las cosas se tuercen, es que lo que haces dote de significado a tu vida. Si amas lo que haces y tienes un gran sueño, te vuelves invencible. No importa las veces que te caigas, si tienes un fuerte motivo te vuelves a levantar y lo vuelves a intentar las veces que haga falta.

Si el motivo para emprender es simplemente económico, es mucho más complicado atravesar las dificultades. Aunque la necesidad económica es una fuente de energía importante para emprender, es importante encontrar una motivación interna.”

éxito emprendimiento séniorRecursos y facilidades

Los profesionales entre 50 y 75 años disponen de un 12% más de poder adquisitivo con respecto al resto de grupos de edades. Esto permite que puedan invertir en un proyecto inicial y que trabajen con más holgura.

Por otro lado, el recorrido laboral de un perfil sénior puede suponer una experiencia de varias décadas, lo que representa un importante activo. Aún no emprendiendo en el mismo sector, los conocimientos adquiridos durante muchos años pueden ser determinantes a la hora de empezar un nuevo negocio. Y como consecuencia de la veteranía adquirida, han cosechado una amplia red de contactos que les confiere una gran fortaleza estratégica.

Carlos Goga, formador en liderazgo y cofundador de The School of We, es también entrenador de emprendedores. Tras 25 años en el mundo empresarial, en la actualidad es profesor y mentor en diversas escuelas de negocio, incubadoras, asociaciones y grandes empresas. Carlos explica los factores en los que debe fundamentarse la propuesta de un emprendedor sénior: “Me gusta simplificar la labor de todo emprendedor y organizarla entorno a cuatro elementos básicos: know-how, relaciones, capacidad de empuje y dinero. Estos son los ingredientes con los que todo emprendedor cocina su día a día.

Al emprendedor sénior le insisto, una y otra vez, que centre su propuesta en el know-how sectorial y en las relaciones que ya tiene, porque ahí está la raíz de su experiencia y la mejor oportunidad de éxito.”

Por último, no debemos obviar la imagen de profesionalidad y confianza que puede proyectar un perfil senior. En el imaginario colectivo, la edad suele asociarse a la experiencia y la templanza.

Entre los atributos que aventajan a un profesional sénior, Carlos destaca la capacidad para mantener la calma en situaciones de incertidumbre y crisis; una mayor resiliencia y una empatía superior entre las personas que conforman los equipos de trabajo”.

“Emprender es más sencillo si se cuenta con experiencia sectorial específica, contactos entre potenciales clientes y proveedores clave, y la voluntad de gestionar empresarialmente, no solo técnicamente, aunque sea por un periodo limitado”, añade Iñaki Aliende, quien considera que “cada situación exige capacidades personales diferentes, pero que el sénior “ha de realizar un examen aséptico”.

“Deben analizarse los riesgos y oportunidades, así como las adaptaciones personales que requerirá. Como ventajas están la independencia y la flexibilidad, las nuevas relaciones o el aprovechamiento de las existentes, así como el propio contenido del trabajo. Por otro lado, la inseguridad financiera, que implica este cambio, debe gestionarse para que altere lo menos posible la evolución del negocio, combinando nuevas actividades con líneas de actividad más seguras que aporten ingresos.

Es necesario arrancar con un proyecto importante en cartera, o habiendo calculado el punto de no retorno o de salida de la aventura, si se observa que no se está teniendo éxito”.

Para Eleonora Barone, consultora de innovación, es necesario conectar propósito y proyecto. “Desde mYmO, insistimos en la importancia de instalarnos en una cultura del proyecto. Entendemos el proyecto como una poderosa herramienta de desarrollo personal y profesional. Necesitamos ofrecer soluciones y hacerlo de una manera colaborativa para alcanzar la sostenibilidad y la prosperidad, tanto como personas como entidades. En este sentido, el proyecto, como mínimo producto viable de cualquier emprendimiento, incluso antes de saber, si nos queremos embarcar en montar una entidad, nos ofrece la oportunidad de conectar de una manera experiencial con nuestro propósito, a la vez que trabajar en equipo con un objetivo común. La innovación para mYmO es intergeneracional, así que los tándem sénior/junior y los equipos mixtos serían nuestra mejor opción”.

Valor a la economía

El mercado laboral tradicional se está quedando atrás en la interpretación de la fuerza de trabajo descartando y prejubilando a trabajadores considerados mayores. La realidad de este colectivo nada tiene que ver para que se justifique este prejuicio. A los 55 años se tienen todas las herramientas, que hemos mencionado para seguir en activo, contribuyendo al sistema económico.

Las empresas que seleccionan perfiles júnior los asocian a mejores habilidades transversales, mayor flexibilidad y, en algunos casos, menor remuneración. Estos estigmas siguen predominando en perjuicio del conocimiento que otorga la edad.

Carlos Molina Grijalba, presidente y fundador de 50Pro, invita a combatir el edadismo, práctica por la que muchas empresas desvinculan a profesionales senior “provocando efectos nocivos para la economía. Asociar al sénior a una fase de la vida con palabras tales como: lamentaciones, intransigencia, quejas de todo, resignación y, como mucho, actitud para disfrutar lo que nos ofrezca la vida (el llamado envejecimiento activo), es un tremendo error”.

Y concluye “esta etapa es la elegida para seleccionar proyectos, aportar experiencia, aprovechar contactos y amigos, y aportar paciencia y reflexión, sin perder capacidad de emprender por nosotros mismos o en colaboración con otros”.

“El saber hacer de los mayores es especialmente relevante en un momento de inestabilidad como el actual”, sentencia Agustín Galiana, consultor y mentor en habilidades directivas. “Si se les deja, se demostrará que tienen mucho que aportar a la sociedad, porque ya han pasado otras crisis y están más acostumbrados a resolver problemas y a adaptarse a los cambios. Esta amplia trayectoria proporciona una mayor capacidad crítica y más templanza a la hora de tomar decisiones. Los caminos que elijamos seguir en estos momentos son vitales. No podemos jugar con fuego, por eso la experiencia y la calma de estos perfiles son valores en alza.

Sin embargo, gran parte de las personas de este colectivo que acaban emprendiendo lo hacen por necesidad. Es muy probable que una gran parte de los ERTE pasen a ser ERE, y los planes de recolocación de las grandes empresas van a afectar sobre todo a los más mayores. Estos tendrán que tratar de compensar los años que les quedan para jubilarse de alguna forma. Solo el 1% de los parados mayores de 50 años encuentra trabajo, por lo que el resto no tiene ninguna alternativa de volver al mercado laboral a no ser que lo haga mediante el emprendimiento.

Una persona sénior te va a solucionar el reto de la manera más rápida posible porque ya lo ha hecho antes, aprendes a relativizar, a no ahogarte en un vaso de agua.

Algunos, incluso, han puesto este conocimiento y experiencia acumulada al servicio de los demás, como expertos voluntarios que se dedican a asesorar a quienes quieren empezar su propio negocio. Tienen mas experiencia, contactos y perseverancia”.

De ahí que muchos profesionales séniors decidan optar por el emprendimiento. Crear un proyecto propio y abrir las puertas del mercado permite poner en valor esas habilidades, sacarles partido y contribuir de paso a reforzar la economía del país.

En el caso de Francesc Casas, su larga trayectoria en el mundo jurídico y asegurador, le llevó a reconsiderar su carrera profesional. En sus comienzos fundó su propia consultora jurídico y financiera, que además asesoraba en RSC y sostenibilidad. Tras gestionar empresas dedicadas a la distribución de materiales sostenibles, fundó su propia consultora orientada a sostenibilidad y las smart cities.

“Llegas a una edad en que no sabes cómo ni por qué, pero de repente descubres que has alcanzado una madurez que te permite ver, analizar y planificar tu hábitat profesional con un punto de sabiduría que hasta este momento no tenías. Es cuando te das cuenta de que eres un sénior con valor.

Ser emprendedor requiere siempre de un alma aventurera, pero cuanta más experiencia acumulada tengas, más garantías de éxito tendrás en tu nuevo proyecto. Es cierto que cualquier proyecto tiene sus barreras, pero el paso de los años te da los suficientes recursos, y no me refiero exclusivamente a los financieros, para solventar el arranque y los problemas iniciales que puedan surgir.

Hoy muchos séniors optan por una nueva aventura empresarial, numerosos derivan de bajas incentivadas por sus empresas o de frustraciones profesionales por su ocupación actual. En cualquier caso, lo importante es el ánimo de afrontar un nuevo desafío. En mi caso, hace muchos años que descubrí mi faceta emprendedora y en absoluto me arrepiento de este paso. Aprendo cada día, de los éxitos y de los fracasos, y el retorno que he recibido de cada proyecto ha sido mucho más satisfactorio que cualquiera de mis trabajos por cuenta ajena.

Sólo puedo concluir que emprender siendo un senior te reporta unos beneficios, satisfacciones y ventajas que son muy difíciles de encontrar en otros retos”.

Impulso externo por parte de organizaciones y administraciones

También estamos ante un cambio de paradigma en lo relacionado con el sector de la “tercera edad”. Este segmento de población es el target de numerosos negocios relacionados con viajes, deportes, citas o cuidados personales.

El sector laboral no se queda fuera. Por eso, no es de extrañar que haya proyectos que impulsen la actividad de las personas más veteranas en el mundo empresarial. La marca Aquarius, por ejemplo, puso en marcha el Programa ‘Imparables’, un programa de emprendimiento social para seniors, cuyos integrantes fueron entrenados para emprender de manera profesional por 50Pro. Su fundador, Carlos Molina, destaca “los buenos resultados obtenidos en dicha formación”.

Carlos explica cómo en tiempos tan difíciles y extraños, como los que vivimos hoy, “son muchos quienes necesitan replantearse la vida tal y como la conocen” y añade que “las crisis siempre presentan oportunidades de crecimiento y superación”.

Para Carlos, es un error pensar que solo hace falta una idea y muchas ganas para emprender un negocio. “Es preciso entrenarse para emprender de una forma profesional, maximizando las oportunidades de éxito. Este es el cometido de 50Pro”.

Junto a proyectos privados, la administración favorece, a través de una serie de medidas fiscales a los jubilados que sigan en activo en la modalidad de autónomos.

Interim manager, figura cada vez más demandada

La figura de interim manager es un puesto cada vez más demandado y perfectamente adaptado al perfil de emprendedores seniors.

Las empresas buscan en momentos puntuales perfiles que cubran unas necesidades concretas. Es el caso, por ejemplo, de una empresa que quiera llevar a cabo un proyecto determinado o un cambio estratégico de rumbo. Son puestos que requieren flexibilidad, autonomía, experiencia y saber hacer en gestión y dirección de proyectos y equipos.

Esta figura representa un cambio en las estructuras de contratación de las empresas y abre las puertas a perfiles menos tradicionales, como los autónomos mayores de 55 años.

“A veces, las varias décadas de bagaje de un profesional sénior se centran en un sector específico o en un área de trabajo concreta. Otras veces, ese profesional ha desarrollado su vida profesional en diferentes sectores o áreas funcionales, lo cual le añade una visión 360 grados del mundo empresarial”, explica Javier Olivares, interim manager especializado en desarrollo y expansión internacional, quien destaca cómo esa “multidisciplinariedad, sumada habitualmente a una amplia red de contractos, aportan una operatividad y una capacidad para centrase en el foco de los problemas que transforma al senior en un solucionador de situaciones complejas”.

“El profesional sénior se convierte así en una persona capaz de romper el círculo vicioso en el que muchas veces las organizaciones se encuentran: llega, diagnostica la situación compleja, dibuja una hoja de ruta y actúa con eficiencia y foco. Emprender como interim manager o ejecutivo de transición, bien sea de manera freelance o a través de organizaciones especializadas, que posicionan a los profesionales senior en el mercado con carácter temporal, es una alternativa que aporta a las organizaciones un expertise de incalculable valor para resolver situaciones específicas complejas, como una reorganización empresarial, la expansión internacional o la transformación digital”, concluye Javier.

 

 

Los datos y las tendencias hablan por sí solas, la situación está cambiando y las oportunidades para los séniors cada vez son más amplias y diversas. La experiencia, la valía y las posibilidades de una segunda vida laboral son, ya, una realidad tangible.

IOR Consulting

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