Cuando se habla de marca personal, ¿a qué nos estamos refiriendo? Realmente esta expresión alude a la impronta o huella que dejamos a través de nuestras actuaciones. En palabras de Jeff Bezos, “aquello que los demás dicen de nosotros cuando no estamos delante”.
La marca personal ha de ser un reflejo de lo que cada persona es. Por ello, debe mostrar cuál ha sido nuestra trayectoria, qué es lo que sabemos hacer, en qué destacamos y qué podemos aportar. Todos estos aspectos resultan clave para que se nos perciban como referentes en el mercado.
“Somos responsables de lo que proyectamos y de cómo queremos ser reconocidos. Ahora bien, tan importante es gestionar tu marca personal como aprender a diferenciarte de la competencia”, afirma Laura Gastón, consultora de comunicación y marca personal, quien anima a los profesionales a crear su propia marca personal, ya que “si no, corremos el riesgo de que sean los demás quienes la generen.
Si queremos ser reconocidos y reconocidas, hemos de aprender a posicionar de manera estratégica nuestra marca personal, ya que permite potenciarnos para ser referentes en nuestro sector.
Hoy, más que nunca, esto es decisivo, ya que vivimos en un mercado laboral saturado de profesionales grises”.
Isabel Santiandreu, consultora de marca personal, considera que “la marca personal no se crea, viene con nosotros al nacer. Debemos tomar conciencia y empezar a gestionarla con estrategia para lograr nuestros objetivos”. La consultora propone como pasos “tomar conciencia de nuestro momento personal y profesional actual; identificar con herramientas de autoconocimiento nuestro talento y nuestras diferencias; identificar quién nos comprará nuestro talento; marcar unos objetivos y, por último, pasar a la acción.
La marca personal es proyectar hacia afuera, por lo que comunicaremos por los canales adecuados mi mensaje para impactar a la audiencia adecuada. Sin olvidarnos del networking. Hacer tribu y rodearse de las personas más adecuadas es la llave para impactar en la audiencia correcta”.
Por su parte, Marta Picart, brand strategist, ha definido la metodología que sigue para ayudar a diferenciarse y alcanzar los objetivos. “Tras quince años y centenares de estrategias de marca definidas, soy fiel a ella. Iniciamos el proceso con una fase de indagación y diagnóstico en la que revisamos los assets propios, el entorno competitivo, las tendencias y los públicos objetivos. Una segunda fase de conceptualización en la que, con los datos obtenidos, planteamos la plataforma de marca, que define claves como: el territorio, la propuesta de valor, el propósito o el posicionamiento de marca. Y una tercera fase en la que concretaríamos las bases de la expresión verbal, visual y actitucional que permitan proyectar la imagen de marca potente de forma coherente”.
Tres fases destaca también Miguel Barco, mentor en comunicación y marca personal, a la hora de gestionar una marca: “la definición de la marca, la estrategia y el plan de visibilidad. La definición tendrá que ver con la visión, misión y valores. La estrategia con la consecución de los objetivos a corto y largo plazo, y la visibilidad con el plan de acción y comunicación”.
Podemos ahondar un poco más en estos conceptos descritos para conocer cómo podemos desarrollar un proceso que nos permita gestionar de forma estratégica nuestra marca persona y lograr nuestros objetivo profesionales.
La definición de la marca personal
Uno de los primeros pasos para trabajar nuestra marca personal es analizar nuestros puntos fuertes y débiles, es decir, conocernos a la perfección. De esta manera, resulta más fácil saber de qué forma deseamos posicionarnos y cómo queremos que nos conozcan profesionalmente. Al mismo tiempo, es crucial tener claro cuáles son nuestras habilidades y principales competencias. Así nos podremos centrar en ellas y ofrecer mejores resultados.
Cristina Morenete, fundadora de Human made brands, coincide con Isabel Santiandreu en que “todos y todas tenemos una marca”. Antes de trabajar su activación (estrategia en redes sociales, objetivo, etc.), la experta recomienza profundizar en la conciencia de marca, es decir, “qué huella dejamos en los demás, qué nos hace auténticos, nos identifica y significa como personas. Nuestros valores y principios vitales deben ser los pilares sobre los que construir nuestra conciencia de marca”.
¿Qué tienen en común las marcas personales más fuertes? “Todas tienen valores que conectan con su audiencia a un nivel emocional. Si pensamos en nuestras propias amistades, solemos conectar más con quienes compartimos un mismo “decálogo” de valores vitales o manera de ver la vida: nuestra tribu. La coherencia con la que actuemos personal y profesionalmente, según a estos valores, construirá la base de nuestra preciada reputación. Y no menos importante: sé tú”.
La consultora de marca personal Laura Lucas pone el foco en la comunicación de la marca personal, que compara con la definición de aura: sensación que emana de alguien y provoca una determinada impresión.
Para eso plantea construir una propuesta de valor clara: a quién ayudas, qué necesidad resuelves y qué haces para resolverlo.
«La personalidad de la marca es fundamental y debe aunar valores, emociones a transmitir y una promesa de marca, porque las personas no compramos productos o servicios, compramos emociones”.
Los objetivos de nuestra marca personal
Una vez tengamos claro todo lo anterior, ¿cuál es el siguiente paso? Establecer con claridad los objetivos. Con todo aquello, que resaltemos de nuestra marca personal, hemos de determinar una serie de metas. De esta forma, lograremos definir de una manera más precisa aquello que vamos a enseñar a los demás de nosotros mismos.
“Esta es la parte más importante, pues dependiendo de los objetivos el peso de la estrategia recaerá en unos recursos u otros”, destaca Mireia R. Martínez, mentora de marca personal y negocio digital.
Por su parte, José Noblejas, experto en marketing digital y mentor de marca personal, coincide en tener “bien identificados nuestros objetivos” ya que “hagamos lo que hagamos, la competencia será voraz”.
Una fórmula que puede ayudar a determinar los fines es seguir el denominado acrónimo SMART: Specific (específico), Measurable (medible), Attainable (alcanzable), Relevant (relevante) y Timely (programado). Cada una de estas palabras define a la perfección cómo han de ser esas metas que establezcamos para trabajar la marca personal.
La estrategia y la inversión
Para crear la estrategia de nuestra marca es necesario evaluar qué herramientas se encuentran a nuestra disposición, cómo las vamos a utilizar y en qué plazos vamos a implementar cada uno de los objetivos definidos.
Para Mireia R “ en la gran mayoría de los casos, la estrategia de marca personal se compondrá de estrategias de posicionamiento, de visibilidad y de ventas.
Las de posicionamiento tienen que ver con todas aquellas acciones que nos llevan a posicionarnos en la mente de las personas como expertos y referentes en un tema concreto. Es fundamental trabajar la autoridad y el reconocimiento .
Las estrategias de visibilidad son necesarias, ya que sin ellas no lograremos ser reconocidos ni llegaremos a impactar a las personas que tenemos que ayudar”.
“El pilar que defina nuestra estrategia debe ser nuestro propósito de vida”, afirma Alejandro Muñoz, consultor de comunicación y asesor de marca personal.
“Teniendo eso claro, la estrategia debe contener al menos: las habilidades que tengo, la identificación de un problema a solucionar, la identificación de un cliente ideal y la construcción de una producto o servicio para solucionar ese problema”. El experto coincide con Morenete en la importancia de la coherencia en este proceso en el que “todos estos puntos deben estar conectados”.
En esta fase entran en juego la visibilidad y difusión de nuestra marca personal. La información se difunde con una rapidez impensable hasta hace unos años, por eso resulta crucial tener en cuenta con qué canales vamos a contar para darnos a conocer. Por ejemplo, las redes sociales son una buena alternativa, aunque presentan ciertos riesgos, pues un desliz puede hacer que todo lo que construyamos para cuidar la marca personal se venga abajo en poco tiempo.
Alejandro recomienda crear una estrategia de contenido para redes sociales en la que se encuentre el cliente ideal y promover conversaciones con los seguidores más fieles para que se puedan cerrar las ventas”.
“Debemos tener conciencia de que Coca Cola no se construyó en un día, así que nuestra marca personal tampoco lo hará. Una vez hayamos definido nuestro plan estratégico, pasaremos a cuantificar la inversión necesaria: dinero, tiempo y esfuerzo. A veces pensamos que hacer marca personal es gratis porque la creamos nosotros mismos, pero implica un enorme coste. Tienes que dejar de hacer otras actividades para dedicar ese tiempo a tu marca.
Cadas vez somos más profesionales tratando de posicionarnos; esto significa más competencia, más ruido… así que implica más trabajo. Por supuesto, es recomendable cuantificar todo esto e invertir en asesoría profesional termina siendo la opción más rentable en la mayor parte de los casos”, explica Marisol Álvarez, consultora de imagen, comunicación y marca personal, quien destaca la necesidad de “cultivar la marca en diferentes canales. “No basta solo con las redes sociales, hay que crear relaciones fuera de ellas”.
Comunicación de la marca personal
El contenido de los mensajes que difundamos debe ser de calidad y ha de estar en sintonía con los valores y la misión definidos previamente. Noblejas destaca la creación de un storytelling junto a una intencionalidad, “pues todo lo que no sea esto creará una interferencia en la percepción del usuario”. El experto en marketing digital considera que “conocer nuestro elemento diferencial, aquella ventaja competitiva, que podría hacer que cualquier usuario ignorase a la competencia, es el hueco por el que entrar a un sector saturado o con múltiple competencia”
Calidad, elegancia, excelencia, coherencia y dinamismo…todo lo que alguien vea de nosotros debe reunir estas cualidades y crear un impacto positivo en nuestro público, de ahí la importancia de que todo lo que hagamos tenga el estándar de calidad que alguien espera ver”, sentencia Noblejas. Aspecto que Lucas también destaca: “es importante la unidad gráfica en todos los canales, por lo que habría que desarrollar una identidad visual”.
Es aconsejable estructurar con claridad lo que vayamos a transmitir. Esto no quiere decir que nos “autolimitemos” y que dejemos de ofrecer nuestra opinión. De hecho, es aconsejable hacerlo, pero siempre manteniendo la coherencia con lo que promulguemos y sin dejar de ser auténticos.
Igualmente, no solo es necesario promocionarse en medios online, se puede recurrir a medios offline. Todo dependerá de lo que busquemos. Lucas propone elegir inicialmente dos o tres canales: “Da igual que sea online que más tradicional. Escrito o en vídeo. Da igual que elijas una red social o el email marketing. Lo importante es saber si allí estará tu cliente ideal. Y, por supuesto, si el lenguaje es afín a ti y vas a estar a gusto”.
“Hay que definir en qué redes sociales nos conviene y queremos estar, cuáles se nos dan mejor y cuáles conectan con nuestras audiencias (primaria, secundaria y anhelada). Saber que existen múltiples redes, específicas de ciertos sectores y que nos pueden hacer referentes. Y sin olvidarnos de algo fundamental: las redes sociales no son nuestras, por lo tanto, cuanto más seguidores podamos llevar a nuestros canales propios: web propias, newsletter, emails propios, mucho mejor. Utilizar un blog sigue siendo una gran herramienta para el desarrollo de una marca personal”, concluye Miguel Barco.
Ejemplos de marcas personales exitosas
Miguel Barco destaca algunos ejemplos, como Valentín San Juan, a quien le cambió la vida su pasión por el deporte. Cuenta con 400.000 seguidores en youtube.
Miguel Camarena, una persona que se dedica a la salud en diversas vertientes, financiera, física, mental. Con más de 245.000 seguidores en IG, siempre aportando valor y regalando contenido interesante, aparte de vender sus formaciones.
Vilma Nuñez, una de las referentes mundiales del marketing. Su conocimiento sobre redes sociales y estrategia digital son de lo más acertados que hay.
Isra Bravo, uno de los copywriters con más éxito de habla hispana. Dice no tener redes sociales. En poco años ha pasado de cargar camiones a vender y hacer vender a sus clientes.
Medición
Como colofón a toda esta estrategia para llevar nuestra marca personal a lo más alto, es pertinente hacer un seguimiento de las acciones que ejecutemos. Si no medimos aquello que hacemos y no vemos los resultados que estamos obteniendo, no sabremos qué funciona realmente y será imposible añadir mejoras o hacer hincapié en aquello que realmente va bien.
Existen diversas herramientas en el ámbito digital que permiten realizar un seguimiento del impacto que está teniendo nuestra marca.
Según los KPI y los canales en los que nuestra marca se encuentren, seleccionaremos una herramienta u otra. Si queremos ver las apariciones de nuestra marca, podemos utilizar Brandmention o Mention. Para obtener reportes sencillos de diferentes redes sociales, tenemos Metricool, herramienta que además permite programar publicaciones en redes sociales.
Si deseamos informes más personalizados y con presentaciones descargables, podemos acudir a Sproutsocial o Fan Page Karma.
Para medir los resultados en nuestra web o blog personal, disponemos de herramientas gratuitas como Google Analytics, que configurado adecuadamente, aporta datos como el número de visitas a nuestra web, visitantes únicos y procedencia, dispositivos usados para acceder, artículos más visitados, recorrido de usuarios en nuestra página o conversiones logradas, entre otros.