El sentido del humor es un antídoto de muchos problemas. Una buena carcajada de vez en cuando relaja, libera la energía negativa y disminuye los efectos del estrés.
En este artículo queremos hablar de la risa y del sentido del humor en el ámbito laboral. Veamos en detalle cuáles pueden ser sus beneficios y cómo implantar estas dinámicas positivas en las empresas.
La risa y el buen humor como remedio contra el estrés
En el día a día, se producen situaciones de tensión con compañeros de trabajo o clientes, plazos de entrega ajustados y grandes cargas de trabajo. Una manera de afrontar estos momentos de estrés es fomentar un clima más distendido y amable que aminore las tensiones del personal.
La risa es uno de los métodos naturales más efectivos para reducir el estrés, la tensión muscular y, en general, mejorar la salud. No solo representa un estado anímico; es un remedio que mejora nuestro bienestar, segrega las llamadas hormonas de la felicidad (como la dopamina, la serotonina, la oxitocina y las endorfinas) y ayuda a relajar los músculos del cuerpo.
Prueba de ello es la risoterapia, una técnica psicoterapéutica que busca, a través de la risa y otras técnicas corporales, el bienestar físico y emocional.
La risa y el buen humor son claves para crear un entorno positivo, donde la buena energía creada ayude a sobrellevar los momentos difíciles.
Mónica Gutiérrez, risoterapeuta y consultora de empresa saludable en Criteria Recursos Humanos, asesora a empresas que buscan mejorar el clima y disminuir el estrés.
“La actitud es la base y el humor la clave. Para fomentar el sentido del humor es necesario que la dirección se comprometa; dar ejemplo de empatía y asertividad; y fomentar la comunicación, desde el no juicio, para facilitar que no se pierda el buen humor y la sonrisa”.
Como risoterapeuta, Mónica considera que el sentido del humor es algo que, en principio, todos tenemos. “Nacemos con la sonrisa puesta. Según nos hacemos adultos, esa esencia natural se va apagando o escondiendo tras un personaje. En el entorno laboral es más propicio crearse una protección emocional, mediante un personaje más serio y distante, con la creencia de que así nos hacemos valer.
La risa se contagia y nos une. He visto en mis sesiones cómo las personas se quitan el personaje y cómo cambia la energía del grupo, haciendo que haya más unión y complicidad. Fomentar experiencias comunes hace que mejore la comunicación y, por lo tanto, la productividad del equipo”.
La lingüista y narradora oral Asun Martínez trabaja como consultora de formación y ocio, aplicando la risoterapia en algunas de sus formaciones. Para Asun, el buen humor es un desafío a nuestras propias creencias. “Nos permite ridiculizar esos juicios y comportamientos que, de otro modo, se convertirían en bloqueantes. En el trabajo, el sentido del humor y una de sus manifestaciones, la risa, nos coloca en otro lugar, desde el cual miramos el suceso desde una perspectiva más creativa, y siempre para sacar ventaja de ella”.
“El otro día pintábamos un mural y alguien se manchó tanto que, con mucho humor, le utilizaron de pincel. A partir de ahí, todos se mancharon las manos y utilizaron estas de brocha. El humor nos abre a la creación y a la solución de problemas, relativizando situaciones y relajando la tensión. El humor en cualquier ámbito, también en el trabajo, para que produzca efectos “terapéuticos” debe llevar aparejada una buena dosis de amor”, conlcuye la coach.
Por su parte, la psicóloga Soraya Fares afirma que el sentido del humor le puede dar mucho sentido a la vida y, especialmente, a la vida laboral: el piscohábito de trabajar en serio con humor; porque ambas actitudes se complementan y nutren.
“Reírte contigo es de los psicohábitos más higiénicos que podemos desarrollar para relajarnos y resetear nuestra mente. Es como meditar. Mientras nos reímos, no pensamos, solo nos conectamos con la sensibilidad de la alegría, disfrutamos, oxigenamos pulmones y neuronas, para luego reiniciar las actividades con una visión refrescante. Reírnos posibilita abrir nuestro ser al recibo de nutrientes emocionales y posibilita el desarrollo de habilidades de inteligencia emocional, que constituyen las competencias laborales más valoradas de forma transversal”.
Para Soraya el psicohábito de la risa permite establecer vínculos de colaboración sinceros y una gestión colaborativa; generar confianza para que, del trabajo en equipo surja la implicación, el apoyo, la creatividad y la inspiración; estimular el buen humor, evitando la toxicidad emocional; celebrar los éxitos de otros compañeros y, por último, estimular la comunicación.
“Imagínate a tu jefe, a un compañero o a ti con un atuendo de payaso, bailando y dando saltos. ¿Dejarás de respetarlos o respetarte por ello? No. Sin embargo, te sacará una sonrisa. De esto se trata, de arropar con humor la labor”.
¿Por qué huir del mal humor?
Un mal ambiente en el trabajo puede ser perjudicial para el equipo. El enfado y la tensión consumen una energía que se desperdicia. Desgasta, quita tiempo y propicia situaciones que menoscaban las relaciones.
La tensión y el mal humor también pueden acabar mermando los resultados, reduciendo la participación y la creatividad en el trabajo.
Rafa Peiró es emotional manager de la consultora Créetelo, experta en la optimización laboral en las organizaciones. Para Rafa, el mal humor es un pasivo que ralentiza e, incluso, paraliza el avance en los desempeños y la posibilidad de realizarlos de forma deficiente. El buen humor, por el contrario, es un activo valiosísimo, ya que estimula la creatividad, aumenta el rendimiento y genera una actitud idónea en los equipos de trabajo para alcanzar numerosos logros.
“Cada vez está más demostrado por la neurociencia que la conexión cuerpo y mente es indivisible; por lo que sentirnos bien o mal, en innumerables ocasiones, es el resultado de nuestra actitud, de nuestros comportamientos, de elegir vivir la vida en positivo o en negativo.
Si fuéramos conscientes de los beneficiosos cambios químicos, que se producen en nuestro cerebro, cuando potenciamos hábitos que impulsan el buen humor, como la empatía, la cooperación, el respeto a la diversidad de temperamentos y el lenguaje positivo, no dudaríamos de lo conveniente que es vivir en modo positivo. Además, con ello, conseguiríamos no seguir atenazados por nuestros instintos básicos, generados a través del cerebro reptiliano que provoca que, las emociones generadas en esa otra parte del cerebro llamada sistema límbico, se centren en el miedo, la preocupación, la desconfianza, el egoísmo y la agresividad. Todas ellas veneno puro para nuestra mente y, debido a la indivisibilidad comentada anteriormente, para nuestro cuerpo.
Pongámonos hasta arriba de esas sustancias naturales que somos capaces de producir como son las endorfinas y la oxitocina. Apostemos por normalizar el buen humor en nuestra vida, sonriamos al mundo siempre que podamos y, como digo en una de las reflexiones de mi libro “Reflexionar es Avanzar”: las actitudes tienen colores que van pintando los días y a mí el que más me gusta es el color alegría”.
Mariatte Brotons, coach, especialista en risoterapia y escritora de alegría, en sus años de experiencia impartiendo cursos y talleres de risoterapia, desencadenando risas y buen humor entre los miembros de las organizaciones, afirma que donde hay risas y buen humor, inevitablemente, hay negocios en acción.
“De forma inconsciente, nos sentimos atraídos hacia las personas que irradian alegría y optimismo. Nos atraen las personas que disfrutan de su trabajo y se permiten reír abiertamente. No es sano trabajar sin alegría y sin risas”. Mariatte ha escrito libros como “Vida Plena” y “36 Herramientas Relevadoras: Coaching Personal”, que contienen ideas para trasformar tu vida y conseguir el éxito personal, o “La inteligencia del éxito en el juego del pádel” con treinta herramientas prácticas para dar un salto cuántico en tu juego mental.
Los efectos de la risa y el buen humor en el trabajo
La risa y el buen humor generan un estado de felicidad y optimismo que impulsa la creatividad, la buena energía, el compañerismo y el trabajo en equipo. En un momento determinado, una broma o un comentario informal pueden ser el germen de una valiosa idea para la empresa.
También está demostrado que el sentido del humor y la risa hacen perder la timidez y mejoran la comunicación en público. Perder el miedo a exponerse es un gran aliciente para muchas empresas, porque pueden ganar en capacidad comunicativa. La comunicación, al fin y al cabo, es uno de los ejes de cualquier tipo de negocio.
Los empleados con más sentido del humor son percibidos por sus compañeros como personas más seguras y competentes. Incluso, en ocasiones, el humor se asocia a la inteligencia, porque de esta manera se consigue salir de situaciones tensas para encontrar soluciones.
Todos estos factores arrojan como resultado un trabajo más eficiente y de mayor calidad. En un entorno, donde prima el buen humor, se aportarán más ideas, habrá más participación y se conseguirá una mejor comunicación.
Decía Winston Churchill que «una broma es una cosa muy seria». Con ese pensamiento como inicio es fácil asumir las bondades del humor en el trabajo, explica Juan Carlos Serrano, psicólogo, consultor y formador en Arts&GO.
“No se trata de reírse de nadie ni de todo. Va de reírse con las personas. Se trata de encontrar maneras para que las situaciones más serias se puedan afrontar, buscando que el ambiente de trabajo sea agradable y nos permita relacionarnos adecuadamente. A veces, parece que se nos olvida que trabajamos por, con y para personas.
Relacionarnos desde el humor muestra nuestra capacidad de conectar. La inteligencia emocional engloba la inteligencia interpersonal. La alegría es una emoción y hay quien dice que el humor es la mayor muestra de inteligencia que existe.
Sigmund Freud escribió que el humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo. Adaptarnos en el puesto de trabajo es una de las exigencias más duras que podemos afrontar. Tener la capacidad de reírnos de las adversidades es una de las competencias a desarrollar. Al trabajar con personas, se hace imprescindible para descargar tensión y buscar puntos en común. ¿Y si el sentido de la vida fuese el sentido del humor?”, se pregunta Juan Carlos.
Al igual que Juan Carlos, el cómico, humorólogo y conferenciante Adolfo Maguna considera que “la risa es un asunto serio”. Porque, si el personal está sobradamente preparado, pero vive con tristeza, preocupación y mal humor, las empresas no prosperan como deberían.
Adolfo resume los beneficios del buen humor en las organizaciones. “El buen humor aumenta la productividad, ya que atrae y retiene recursos humanos, optimiza la comunicación interna y cohesiona los equipos; multiplica las ventas, pues fortalece las relaciones con clientes y potencia el mensaje de venta; y mejora el ambiente laboral, que junto con el job crafting, crean un entorno agradable y más humano para trabajar”.
Para fomentar el buen humor laboral, Adolfo imparte talleres de buen humor laboral, que ayudan a minimizar el estrés de los trabajadores, sentando las bases para que busquen ser más felices y, de esta forma, indirectamente aumentar la productividad y las ventas.
Cómo fomentar el sentido del humor en el lugar de trabajo
Fomentar el sentido del humor y crear un buen ambiente en la oficina es un trabajo de todos. Cada uno de los integrantes de un equipo debe contribuir a crear un lugar de trabajo distendido y agradable.
Desde el área de recursos humanos se pueden impulsar políticas enfocadas a fomentar la interacción entre compañeros y a mejorar la atmósfera de trabajo. Ofrecer espacios de descanso, organizar team buildings o talleres específicos son algunos ejemplos.
Desde los puestos intermedios y altos del escalafón se puede propiciar un ambiente más distendido y relajado. Los modelos de interrelación están cambiando. A través del buen humor se consigue reducir la distancia entre responsables y empleados y facilitar una comunicación más fluida y espontánea entre las diferentes posiciones.
Claudia Dakhil, consultora y responsable de comunicación de La Escuela de Risoterapia de Barcelona con más de doce años de recorrido, afirma que cada vez tienen más pedidos de empresas desde distintos departamentos, decididos a limar tensiones, generar confianza y desarrollar programas de prevención de riesgos psicosociales a través del cuidado de la salud emocional con alegría. La escuela tiene como lema Jugar, Reír, Sanar.
Claudia explica como anécdota que, en uno de los eventos de una empresa, en el que se reunían la delegación italiana y la española, existía una tensión previa entre tres profesionales. Después de realizar actividades creativas de team building, no lograban relajarse y conectar; hasta que se pusieron a jugar y a reír juntos. “Ejemplos de estos tenemos muchos y las sesiones siempre son muy conmovedoras. Las personas repiten y luego se forman en la metodología”, afirma la consultora.
Sonreír es un gesto que todo el mundo puede poner en práctica. La sonrisa puede mejorar la confianza y el estado de ánimo de los que te rodean. La seriedad no tiene por qué ser sinónimo de profesionalidad. Hay una gran cantidad de profesionales competentes que muestran como carta de presentación una sonrisa.
El sentido del humor es una aptitud cada vez más valorada en las empresas. La espontaneidad, la sonrisa, la cercanía generan un ambiente agradable y relajado, creando el marco necesario para impulsar la eficiencia, la creatividad y la mejora de la felicidad laboral de los empleados.