Los programas de outplacement o recolocación son la mejor opción disponible para encontrar empleo. Según un informe de Lee Hecht Harrison España, las personas que pasan por uno de estos programas tardan de media 4,9 meses en lograr su nuevo empleo, frente a los 14,9 de la media nacional.
Según este estudio, estos programas suelen ir enfocados a mayores de 40 años, que son los profesionales a los que les resulta más complicado conseguir un nuevo trabajo. Especialmente en puestos técnicos y directivos provenientes de multinacionales, tras EREs y procesos de grandes despidos, puede ser muy complicado saber dónde buscar o qué habilidades hay que potenciar para conseguir un nuevo empleo.
En total, el 71% de los participantes en uno de estos programas logra conseguir un trabajo en un periodo inferior a los seis meses. Sorprende también que el 97% haya encontrado trabajo antes de terminar el año, especialmente cuando la media nacional es superior a este periodo.
¿Qué es el outplacement?
El outplacement es un programa de asesoramiento en el proceso de búsqueda de nuevos proyectos profesionales, diseñado para personas que hayan quedado en situación de desempleo o deseen encontrar nuevos retos. Traducido en castellano como recolocación, buscan aportar los recursos y habilidades necesarias que el profesional necesita. “De carácter individual o grupal, tiene como objetivo acompañar a las personas en la transición hacia una nueva oportunidad profesional, no solo en el plano técnico, también y, sobre todo, en el plano personal”, detalla Marta Sánchez, consultora de RR.HH, especializada en detección del talento, formación y outplacement.
Con frecuencia, la persona que llega a u programa de outplacement, ha tenido una carrera larga y productiva en una única empresa o sector, y enfrentarse al mercado laboral puede resultar abrumador. Tras quince, veinte o, incluso, más años en un sector, utilizar otras habilidades o buscar en otra parte puede aterrorizar. “Tras un dilatado periodo ejerciendo una profesión dentro de la zona de confort, aprender a reinventarse, utilizar otras habilidades o buscar en otros nichos del mercado laboral, puede generar inseguridades, miedos e incluso episodios de cierta inestabilidad emocional”, comenta Sánchez.
“Por eso, el primer paso tras un despido es investigar el mercado laboral: qué oportunidades existen, qué salarios se manejan y qué es necesario (por ejemplo, reciclaje) para acceder a un puesto y seguir sumando años a la vida laboral”, añade Rosa Alameda, psicóloga, coach y especialista en outplacement.
Afortunadamente, un programa de recolocación permite que los profesionales puedan reconocer el funcionamiento actual del mercado de trabajo; actualizar o rediseñar su currículum vitae; conseguir más fácilmente acceso a responsables de reclutamiento y atracción del talento, headhunters y agencias de empleo; o beneficiarse del networking.
Reducir en diez meses el tiempo medio en encontrar un nuevo trabajo, como afirman los últimos estudios, nos da una idea del buen de la eficacia que tienen estos programas. “Aunque es importante considerar que su éxito no depende tanto de los contenidos y la duración del mismo, sino de la actitud de candidato, de su perseverancia, auto estima y capacidad de trabajo. Buscar una nueva oportunidad de trabajo es en sí un trabajo de ocho horas”.
Al fin y al cabo, para muchos profesionales la mejor manera de enfocar la búsqueda de un nuevo empleo es como si fuera un nuevo trabajo.”, concluye la experta Marta Sánchez.
Tendencias del mercado laboral
Nos encontramos inmersos en plena Revolución Tecnológica. La llegada de la revolución 4.0, junto al desarrollo de la Inteligencia Artificial y el big data, hará que algunos puestos sean prescindibles a medio plazo, generando la necesidad de nuevos perfiles con mayor componente tecnológico, expertos en otros lenguajes y entornos. Todo parece indicar que este proceso de transformación conllevará la paulatina la pérdida de puestos tradicionales en los próximos años.
Según Lee Hecht Harrison España, durante 2019 se esperan 14.000 despidos, con un aumento de los expedientes de regulación de empleo (ERE) del 26,8%. Desde el año 2012, la legislación española obliga a las empresas con más de cincuenta empleados que soliciten un ERE, a ofrecer un programa de outplacement a sus trabajadores, tal y como se establece en el Real Decreto 1483/2012, de 29 de octubre, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de despido colectivo y de suspensión de contratos y reducción de jornada.
“Gracias a este decreto, los programas de outplacement, tradicionalmente diseñados para perfiles de mandos medios y directivos, en modalidad individual, se han hecho extensivos a todos los colectivos de profesionales, combinando la opción grupal e individual”, aclara Sánchez.
Actualmente, los despidos se están produciendo, sobre todo, en el sector bancario, que se encuentra en plena transformación. El proceso de digitalización del sector, con la irrupción de la banca electrónica, está teniendo como consecuencia la reducción de las oficinas de las grandes compañías y la consabida amortización de puestos.
En muchas ocasiones, los profesionales se enfrentan a un mercado que ya no requiere perfiles como el suyo. En esos casos la mejor opción es reinventarse.
Saber reinventarse
Un alto porcentaje de las personas que realizan un programa de recolocación termina trabajando en un nuevo sector o posición.
“Un aspecto positivo de estos programas es el trabajo de análisis, introspección y auto concepto que realizan los candidatos. Les permite tener un mayor conocimiento de ellos mismos y de sus circunstancias, que a su vez favorece su posicionamiento en los procesos de negociación. En consecuencia, permite que el candidato sea consciente del proceso y se enfoque en mantener las condiciones salariales que tenía e, incluso, mejorarlas”, apunta Sánchez.
Según el mencionado estudio, un porcentaje nada desdeñable del 31% lo consigue. También es importante destacar que un 88% de los mismos accede a un trabajo de larga duración. Solo un 12% se recoloca en una posición temporal.
Dentro de los programas de outplacemente, que suelen duran entre tres meses y un año, hay un porcentaje de participantes que decide plantearse objetivos alternativos como ampliar su formación, finalizar sus estudios inacabados o actualizar conocimientos. Un 6% decide realizar estudios superiores que les permita acceder a mejores puestos y actualizar sus conocimientos, así como un 12% opta por el autoempleo.
Entre las personas que optan por el autoempleo, destacan los que deciden optar por ofrecer su experiencia en servicios de consultoría o técnicos. En total, un 50% de los mismos ofrece sus servicios como consultores profesionales independientes frente al 47%, que opta por crear su propia compañía. El 3% restante opta por adquirir una franquicia, otra fórmula que acostumbra a dar bastante rentabilidad.
“El emprendimiento o autoempleo es una tendencia en alza, marcada en muchos casos por la propia necesidad, por la que se decantan, especialmente, perfiles senior de variada procedencia, y colectivos de jóvenes profesionales, con especial incidencia en los sectores IT, marketing digital e innovación”, añade Sánchez.
En cuanto a los sectores de recolocación, el 15% de las personas que pasa por uno de estos programas termina trabajando en el sector farmacéutico o biotecnológico, que están teniendo un crecimiento más alto. Otro 15% lo consigue en el sector financiero.
Autoconocimiento a través del Coaching
Cuando hablamos de reinventarnos, es necesario partir de la base de nuestro propio conocimiento personal, por lo que en el inicio de un proceso de outplacement “es recomendable hacer un balance personal y profesional que permita al candidato definir adecuadamente su objetivo profesional”, destaca Yolanda Martínez, consultora de RRHH y formadora, que acompaña a personas desempleada para alcanzar sus objetivos de desarrollo profesional.
Yolanda, que en la actualidad trabaja como técnica de empleo de la Comunidad de Madrid, propone la planificación de una estrategia efectiva de búsqueda de empleo iniciada a través del propio autoconocimiento. De este modo, se produce una toma de conciencia de los aspectos que deben mejorarse y se intensifica con la motivación de aquellos en los que ya se muestra una fortaleza. En esta fase los aspectos a tratar tienen relación con: los valores personales, las competencias que mejor definen al candidato, sus preferencias profesionales, intereses y metas y la situación de partida a nivel formativo y de experiencia laboral. Este conocimiento personal permite al candidato lograr un equilibrio entre lo que desea y lo que puede ofrecer a las empresas.
“Una de las herramientas, que ayuda al candidato en este proceso es el coaching, ya que le permite visualizar nuevas opciones para lograr sus objetivos, teniendo en cuenta sus competencias, deseos y prioridades para superar así creencias limitantes que le impiden avanzar en su búsqueda de empleo”, concluye Yolanda.
Coincide con la experta María Lacunza, que también ha desarrollado su trayectoria profesional en el ámbito de los RRHH y en la actualidad cuenta con su propia empresa Enddi Consulting. Ha acompañado en procesos de cambio a cerca de medio millar de profesionales, procedentes de diferentes empresas y sectores: construcción, retail, comunicación o alimentación, entre otros.
“Todas las personas que participan en estos procesos necesitan una persona que las guíe en ese punto de inflexión en el que se encuentran. Más allá de que una persona espere o no ser despedida, la sensación y vivencia de quedarse sin trabajo es dura. Lamentablemente, la situación de desempleo es muy solitaria. Personalmente, me gusta respetar el periodo de duelo de cada persona. Esa parte de recogida emocional es vital y, si no se gestiona bien, la emoción contenida aflorará tarde o temprano. Quizás en una futura entrevista en la que se le pregunte sobre dicha salida”, detalla María.
La experta en orientación laboral comenta que, una vez que la persona aprende a gestionar esa emoción, la labor del experto es a ayudar a empoderar al profesional. Para ello, es fundamental concretar un objetivo profesional. “Solemos recomendar recapacitar sobre ese nuevo objetivo, ya que la urgencia por incorporarse al mercado laboral de nuevo les impide, a veces, darse cuenta de lo que realmente quiere hacer y realizar un posible cambio o mejora”.
En opinión de Javier Peláez Guerrero, director territorial para Madrid y responsable nacional de outplacement en Gabinete de Recolocación Industrial , centrada en planes de recolocación privados, individuales y colectivos, en todo proceso de outplacement resulta esencial trabajar la persona, conocer su situación emocional tras haberse producido la desvinculación.
Javier también recomienda trabajar con el coaching, como herramienta de empoderamiento y de fijación de objetivos a medio y largo plazo, ya que “juega un papel trascendental para que, desde el primer momento, la persona pueda realizar un balance situacional personal, detenerse a pensar dónde está y hacia dónde quiere dirigirse. Ayudarle a elegir el itinerario adecuado, acompañándole durante este período de duelo, a trabajar sus fortalezas y debilidades y, al desarrollo competencial y de nuevas habilidades necesarias para alcanzar su próximo objetivo laboral. La persona debe permanecer en el eje del proceso y, la individualidad y el conocimiento de la casuística concreta de cada una de ellas será, sin duda, la clave para alcanzar los objetivos acordados”.
Ana Yúryiga, pedagoga, coach profesional y de equipos, certificadora de la metodología DISC, se define a sí misma como elevadora de conciencias. Ha trabajado en el sector de la formación. Su experiencia como líder proactiva, impulsora y transformadora de equipos de trabajo, le motiva, al igual que los expertos anteriores, a apostar por el coaching. “Acompaño a personas que desean adaptarse a un nuevo contexto socioeconómico y laboral, guiándolas en su manera de reinventarse mental, física y emocionalmente, de la manera más rápida y eficaz para convertirse en una persona íntegra, voy más allá, en un profesional consciente, autorresponsable y conocedor de sus emociones y talentos, así como de sus propias áreas de mejora, dotándolos de las habilidades necesarias para conseguir su objetivo, durante los tres o cuatro meses que dura el proceso de coaching personalizado”. Para Ana, “el talento no está en la cabeza, está en el corazón, de ahí la necesidad de contratar a personas y no a máquinas”.
Hacer networking
Por otra parte, la importancia de hacer networking tras el programa se vuelve crucial para alcanzar resultados.
“No olvidemos que el 80% de las ofertas de empleo no se publican, llegando a cubrirse por red de contactos o candidatura espontánea. Es el famoso mercado oculto, frente al mercado abierto (ofertas publicadas) que supone el 20% de la realidad”, apunta Rosa Alameda.
A día de hoy, la red de contactos es el principal medio para encontrar un nuevo trabajo, especialmente a partir de un determinado nivel de especialización.
Según el informe de Lee Hecht Harrison, el 52% de las personas que ha realizado un programa de outplacement consigue su nuevo puesto de trabajo gracias a sus contactos. La forma más fácil de encontrar una nueva posición es aprovechando a personas que conocemos y que pueden tener puestos de responsabilidad en Recursos Humanos o que conocen a alguien con capacidad de contratación. Muchas veces, los responsables de hacer nuevas contrataciones prefieren contratar por recomendaciones.
Para conseguir que nos recomienden es fundamental que nuestro entorno sepa que estamos disponibles. En ocasiones, el pudor y la sensación de vulnerabilidad dificulta que difundamos nuestra situación de búsqueda, convirtiéndose en el prinicpal enemigo para encontrar un nuevo puesto. “Para ello, los programas de recolocación preparan al candidato a transmitir aquellos mensajes al entorno que faciliten la comunicación del nuevo objetivo profesional”, indica Alameda.
Conocer a headhunters también puede ayudarnos con el networking, así como acudir a diferentes eventos empresariales y conferencias. Es importante que tengamos un pitch o resumen ejecutivo preparado para poder hablar de cuáles son nuestras principales habilidades como candidatos.
Internet está llena de oportunidades
Por último, tampoco hay que descartar las ofertas online y los portales de empleo por internet. Dicho estudio afirma que el 20% de las nuevas contrataciones se realizan por esta vía.
Cada vez hay más portales de empleo por lo que parte del éxito recae en saber cuál es el más adecuado para nuestras demandas. Por ejemplo, para encontrar un empleo rápido sin cualificación existe Job Today, pero si lo que buscamos es un trabajo con buenas condiciones que tenga en cuenta nuestra trayectoria, como directivo o ejecutivo, LinkedIn ofrece resultados muy superiores.
Saber dónde encontrar cada oferta de empleo y cómo presentar nuestro perfil también es parte de los conocimientos que se obtienen en un programa de recolocación. Y es que, para encontrar un nuevo trabajo, todo cuenta.
Fuentes: Expansión | RRHH Digital | Equipos & Talento