La formación online es una modalidad que está ganando terreno gracias al progresivo desarrollo tecnológico y las posibilidades que ofrece.
Esta forma de aprendizaje cobró mayor visibilidad hace dos años, cuando estalló la pandemia y se hacía inviable la presencialidad. Debido a esta coyuntura, se volvió la mirada al e-learning, un gran recurso que ya contaba con una larga trayectoria. Gracias a esto, estudiantes de todos los niveles educativos pudieron encontrar una alternativa acorde a la situación.
Y es que la formación online es una solución con un gran potencial que tiene mucho que aportar. Según una encuesta realizada por Ipsos, siete de cada diez adultos opina que la formación será online en cinco años, al menos, tendrá tanta importancia como la presencial. Y el 49% considera que se desarrollará en ambos formatos.
Para la formadora y creadora de contenido Tamara de Prado Castillejo, la gran ventaja que reporta el e-learning es “la democratización del acceso a la formación, haciendo más cómoda y sencilla la posibilidad de que distintos colectivos o sectores sigan adquiriendo nuevas destrezas y competencias”.
Un ejemplo lo tenemos en los entornos rurales “donde se puede acceder a múltiples contenidos desde diferentes dispositivos sin necesidad de desplazarse a otras localidades o regiones por falta de oferta formativa presencial. Esto también es muy beneficioso en aras de la accesibilidad para personas con movilidad reducida. Incluso podemos considerar que el e-learning posibilita la inclusión de personas en riesgo de exclusión sociodigital, sin recursos o medios, que pueden valerse de los existentes en entornos públicos, como bibliotecas municipales, ayuntamientos o asociaciones vecinales para continuar desarrollándose”, concluye la formadora.
Partiendo de esta realidad, ¿qué es lo que se espera del e-learning? La adaptación de los contenidos se torna fundamental.
Esta transformación digital implica amoldarse a los alumnos y los profesores han de formarse a su vez para hacer más atractivos los conocimientos que van a transmitir.
En este artículo analizamos las principales tendencias de esta modalidad de aprendizaje.
Un buen planteamiento pedagógico
Para motivar a los estudiantes se puede recurrir a varias técnicas basadas en las nuevas tecnologías, aunque para Francisco Catena, experto en e-learning, “no existe un avance tecnológico que, por el simple hecho de aplicarlo, mejore un proyecto si está bien definido desde su base. Sacar el máximo partido a la tecnología actual no es solo es la mejor manera de facilitar aprendizajes significativos, que justifiquen el esfuerzo para poner en marcha un proyecto de formación online, sino la mejor manera de estar preparados para aprovechar cualquier avance tecnológico que pueda llegar. No hay software que supere a unos buenos planteamientos pedagógicos”.
Francisco propone revisar disciplinas tan familiares como el diseño web, la experiencia de usuario, la arquitectura de la información y, por supuesto, la metodología pedagógica.
“Un ejemplo significativo es el cambio de diseño de Moodle, un LMS clásico entre los clásicos que en su última versión ofrece una experiencia moderna, centrada en el estudiante, que permite priorizar y aprender sin distracciones. En cuanto a metodologías, Francisco nos descubre Multiversal Academy, “una revisión online del método del caso que no requiere ningún alarde técnico”.
Gamificación
Esta opción no es nueva y lleva tiempo aplicándose demostrado que resulta bastante eficaz. Con ella se recurre a las emociones, siendo esta una forma excelente de motivar a los alumnos. Establece retos y una competición sana que incentiva y que anima a ir superando módulos de aprendizaje. Funciona muy bien en personas que tienden a distraerse fácilmente o desmotivarse con otros métodos más convencionales.
´”La gamificación es un estupendo método para el aprendizaje en línea, ya que aporta grandes dotes de motivación y estimulación al alumnado, sobre todo cuando obtienen recompensas por ir superando facetas o puntos en el contenido de la formación a través de reconocimientos o insignias.
Además, puede presentarse en forma de embudo, es decir, poco a poco ir descubriendo el contenido según los apartados o bloques superados. De este modo, evitamos que el alumnado se pueda agobiar al ver toda la información a la vez”, explica Noelia Gutiérrez, dinamizador e-learning en Audiolís.
Realidad virtual y metaverso
La realidad virtual y aumentada conlleva que los alumnos sean más activos y se involucren en los procesos formativos.
El metaverso ya apunta como una de las tendencias de e-learning con más futuro. Este concepto engloba lo que sería una especie de realidad virtual paralela en la que todo el mundo puede interactuar. Así, cada usuario crea un avatar propio con el que interactuar en un mundo a su medida creado por él mismo, incluso participar en otras opciones virtuales paralelas.
Esta alternativa tiene aplicaciones muy prácticas en la creación de congresos, ferias, foros de debate o similares. Destaca por ofrecer una formación colaborativa y con simulaciones que ayudarán a entender mejor los conceptos.
Ana Coruña, responsable de formación e-learning en Agremia, explica cómo los recursos con los que podemos diseñar o complementar la formación e-learning son cada vez más variados y tecnológicamente más avanzados.
“En los últimos años se incorporan para crear experiencias -que en un entorno formativo tradicional sería muy complicado reproducir o simular- la VR (realidad virtual), la AT (realidad aumentada) y recientemente la MR (realidad mixta), como combinación de las dos anteriores. Se han convertido en un recurso de valor indiscutible para mantener la atención en los procesos formativos y generar experiencia en esos entornos de difícil acceso.
Es importante conocer las diferencias entre ellas. Existe una tendencia a hablar de la realidad virtual como concepto genérico englobando todas estas herramientas, cuando lo más frecuente y accesible es realidad aumentada, que inlcuye objetos virtuales sobre el mundo real. La realidad virtual, más exigente en cuanto a conocimientos y tecnología, genera la experiencia alternativa o inmersiva sobre un entorno generado artificialmente”.
“Dentro de estas tecnologías, la más utilizada en educación por su sencillez de uso es la realidad aumentada (AR), añade Sergio Úbeda, consultor freelance en e-learning.
“En sus inicios era compleja de utilizar y de crear. Hoy en día, cualquier dispositivo móvil puede hacer uso ella. De hecho, la estamos usando en su nivel más básico, por ejemplo, cuando escaneamos un código QR que nos dirige a la carta de un restaurante.
En educación y, gracias a la proliferación de tecnologías como WebAR, basta con tener un navegador web para consumir AR. Puede usarse en cualquier nivel educativo, desde educación infantil hasta universitaria. En el aula se pueden tener tarjetas o posters con activadores, que al enfocar la cámara de un dispositivo móvil, muestren información multimedia.
Permite al alumnado explorar el entorno de manera distinta y enriquecer la experiencia con estímulos audiovisuales e interactivos adicionales. Mejora la adquisición de conocimientos ya que potencia la motivación y la atención del alumnado. Aunque el futuro será la realidad mixta, que requerirá de dispositivos tipo gafas, como las Microsoft Hololens, las Google Glass o las Magic Leap”, concluye Sergio.
Narrativa transmedia y storytelling
“Nacieron como conceptos ligados al ámbito audiovisual y el marketing, pero al igual que ocurre con la gamificación, su enorme potencial se ha extendido al sector del e-learning” aclara María de la Fe Pascual, especialista en e-learning, quien explica que “el storytelling se basa en el arte de contar historias, algo tan antiguo como el ser humano. Las historias nos ayudan a entender mejor el mundo que nos rodea y esto sirve también como herramienta para transmitir conocimientos.
En cuanto a la narrativa transmedia, es una estrategia para conectar con el colectivo más joven. Un público acostumbrado a la multitarea, a crear contenido en las redes, compartir sus opiniones, jugar, descubrir… Y esa curiosidad está también en la esencia del gusto por aprender. Un aprendizaje activo, que combine múltiples canales para ser auténticamente significativo.
Microelearning
Se trata de una metodología que otorga a los contenidos una nueva dimensión al hacerlos más atractivos e interesantes. Son formaciones de duración más corta, más definidas y específicas. Este concepto en sí mismo ya resulta bastante llamativo, pues partiendo del hecho de que la formación debe ser una constante profesional ante la rápida evolución de los conocimientos, esta opción invita a una actualización rápida y amoldada a los tiempos actuales.
Para Juan Monje, responsable de proyectos multimedia en Efipsa formación y consultoría, “es de vital importancia que los contenidos generados como micropíldoras contengan únicamente el contenido “core”, es decir, lo estrictamente relevante, y estén redactados y diseñados de forma breve, visual y atractiva. Debemos recordar que lo que buscamos es aprender lo máximo en el menor tiempo posible o, al menos, resolver una duda relevante en un momento crítico.
Es recomendable definir qué contenido se va a compartir en formato microelearning, estructurarlo de forma correcta y, siempre que sea posible, establecer una pauta de aprendizaje, que de forma gradual permita a los usuarios y usuarias mejorar su nivel de destreza, competencia, conocimiento, etc.
Además, es conveniente que existan variedad de recursos: vídeos de menos de 3 minutos, infografías estáticas o interactivas, podcast, micropíldoras HTML5, actividades, retos, juegos, etc.
Las principales ventajas de esta fórmula de conocimiento son la brevedad, la inmediatez, la alta disponibilidad de la información, el alto impacto y la transferencia directa al puesto de trabajo. Como desventajas más destacadas estarían la dificultad para profundizar en los contenidos o de seleccionar el recurso adecuado, ese que contiene la información que necesitas justo cuando la necesitas.
En resumen, el microelearning es una gran solución para fomentar el autoaprendizaje y el autodesarrollo, el social learning, la gestión del conocimiento interno y, si lo sumamos a una plataforma en formato LXP (Learning eXperience Platform) y algo de gamificación, el éxito estará casi asegurado”.
Recursos para el contenido
En cuanto a los recursos, son muchos los elementos disponibles dentro de este campo. Ya hemos mencionado algunos como los vídeos o los juegos. Las infografías resultan muy didácticas o incluso las redes sociales, que pueden ser un reclamo tanto para crear contenidos por profesionales como por los propios alumnos. Una de las herramientas más destacable para la creación de contenidos trackeables, básicos para un proyecto de e-learning, es Genially, apunta Francisco Catena.
“El uso de podcast reporta grandes beneficios: ayuda en la atención en la integración de los conceptos, como refuerzo de ideas o generando diversidad”, afirma Ruth Asensio, especializada en desarrollo de productos de e-learning.
“En el estudio de idiomas diría es imprescindible para mejorar la escucha y perfeccionar la pronunciación. Además, es muy valioso en e-learning en combinación con el storytelling.
El uso de podcast como único recurso didáctico está especialmente bien valorado en mobile learning, ya que además aporta ligereza respecto a otros formatos, como los vídeos. Es cómodo y fácil de consumir. “Y no olvidemos un punto importante de este recurso: es vital para la accesibilidad, facilitando el aprendizaje a personas con dificultades visuales o ceguera”.
Al final, se busca empatizar con los alumnos, dotarlos de herramientas con las que se sientan cómodos, facilitando el aprendizaje de forma amena e motivadora.
Contenidos a la carta
Otra tendencia dentro del e-learning es la de crear contenidos a la carta. Es lo que se llama self-paced learning. En este caso, el alumno puede acceder a distintas alternativas, según sus necesidades y preferencias, e ir creando una formación que se adapte a sus intereses. Cada persona establece su ritmo de aprendizaje, definiendo sus tiempos y gustos. En definitiva, es una alternativa muy cómoda para el estudiante que se centra en unos objetivos y necesidades específicos.
Contenidos creados por los usuarios
“Democratizar el aprendizaje es siempre un reto para el sector de la formación y una de las maneras de hacerlo es motivando la participación de los usuarios en la creación de contenidos”, afirma Emilia Di Liscia, especializada en educación virtual y diseño instruccional.
Emilia considera que “esta tendencia supone una serie de ventajas respecto a los procesos de aprendizaje y a los contenidos en sí. Por un lado, contribuye a que los usuarios sean más activos en los espacios virtuales, se impliquen, desarrollen su creatividad e interacción. Esto ayuda a fijar conceptos, contenidos y prácticas.
Por otro lado, el uso de redes sociales como YouTube, Twitch, TikTok o Instagram favorecen a que los usuarios prefieran los contenidos generados por otros usuarios, ya que tiende a ser más amigable y cercano porque proviene de un par y no de un experto lejano”.
Mobile learning
«El 91,5% de los internautas ya accede a Internet a través del móvil», según el último estudio de El País Tecnología.
Con estos datos sobre la mesa, “se hace imprescindible plantear contenido de e-learning adaptados a un modelo responsive, donde la interfaz de las aplicaciones facilite la navegación y visualización de contenidos”, apunta Myrta Lavesa ingeniera y experta en competencia digitales.
El mobile learning es un complemento al e-learning, que permite al alumnado estudiar desde diferentes dispositivos. Para ello, Myrta lista los puntos a tener en cuenta:
- Adaptación de contenido. Se trata de pensar en cómo interactuamos con el móvil. ¿Es cómodo leer un pdf en tamaño móvil? ¿Nos imaginamos estudiando una lección ardua en una pantalla pequeña? No se trata de reducir la imagen o el tamaño de la letra, sino generar contenido con un diseño gráfico e interactivo que sea atractivo.
- Usabilidad y experiencia de usuario. Se estudia en una pantalla reducida, por lo que debemos trabajar la interfaz de usuario de manera que el alumnado se sienta cómodo en ese entorno, encuentre fácilmente el contenido y lo visualice perfectamente en una pantalla vertical de pequeñas dimensiones.
- Uso del móvil. El uso del móvil en el e-learning se plantea para periodos muertos: transporte hacia el trabajo o a la vuelta, antes de entrar a una reunión… por lo que el contenido que somos capaces de consumir es breve. Se pueden plantear vídeos, podcast o microlecturas, de cinco a diez minutos de duración.
En el mobile learning se trata de favorecer la formación a través de una interfaz amigable, con contenido adaptado específicamente a unas dimensiones y una temporalidad breve y para ser consumido de manera «informal».